Contexto Histórico
"A esta obra más le vendría llamarla enviroment, ya que significa ambientación. Porque esta muestra consiste en cinco núcleos objetuales. Uno de ellos es este andamio. Este es el primer andamio de alza prima que yo hice en mi vida. Después de eso hice varios. Es un sistema, una máquina simple que antiguamente se hacía con cuartónes de madera, palos de 5x5" y estaban acuñados abajo, de manera que uno martillaba la cuña y el palo subía milimétricamente hacia arriba. Se hacía como un bosque de alza primas para sostener el moldaje del concreto, del segundo piso por ejemplo. Entonces mientras el concreto fraguaba tenía que estar sostenido por estas columnas que se llaman alza primas y que tienen la particularidad que se pueden nivelar milimétricamente por medio de martillar más o menos las cuñas. Este es un sistema egipcio, ellos usaban este sistema para muchas cosas. La cuña de madera es una cuestión infinitamente poderosa, a pesar de lo simple que es. Es un triángulo rectángulo muy aplanado, muy largo, entonces se apoya en los catetos. El cateto más largo se apoya al piso y queda la hipotenusa en diagonal. Entonces uno martilla un poquito y la cosa sube exactamente medio milímetro y con una fuerza infinita. No sé cuánto multiplica la fuerza. Uno le pega un martillazo a la cuña y es capaz de subir mil toneladas que están encima. Muy eficiente".
"Este andamio estaba apretando realmente la loza de la galería en el edificio moderno de la galería Sur del Drugstore. Y además de sostener el edificio sostenía esta frase de neón que iba en la segunda corrida.
Este era un andamio de tres corridas. En la profundidad eran tres corridas".
"Esta fue la primera obra, porque años después hice esa obra que se llama Unidos en la Gloria y en la Muerte, que es un andamio de alzaprimas, en la sala Matta, pero es de metal, en vez de cuñas tienen tornillos milimétricos para nivelar. O sea también en la obra hay un reflejo del cambio de tecnología del país. Eso es así. Y después de Unidos, años después, volví a hacer un andamio de alzaprima, pero en Valdivia. Y en Valdivia era muy difícil conseguir alzaprima de metal y no costaba nada conseguirse listones de madera, de cuartones de palo, entonces volví al palo".
"En el díptico, el panel pintado donde aparece la imagen de un tren, el artista comenta que tenía una frase en la parte inferior muy usada, ya que venía llegando de Italia, "Il treno che mi porta lontano" (el tren que me lleva lejos" que era una frase de un marxista muy famoso, no me acuerdo. Pero tenía su hueveo con la cuestión del socialismo y el comunismo. ¿Cómo es la frase? "El comunismo es el socialismo más electricidad". La exposición se llamaba Qué hacer, que es el famoso libro de Lenin".
"Esta instalación fue financiada por "Empresas Díaz y González". Astaburuaga se ponía con veinte lucas. Yo no sé cómo hacíamos todo esto porque no era tan caro, pero tampoco era tan barato. El espacio de la galería era muy bueno. Quedaba en el nivel -1 del Drugstore en Providencia. "Leppe, que manejaba la cuestión, consiguió que Aguadé que era el dueño de muebles Sur, esposo de la Roser, consiguió que le cambiara el piso a la galería. Era un espacio totalmente espectacular. El tema comercial no existía en la cabeza de nadie. Ni de los que dirigían el espacio que era la Nelly (RIchard) con (Carlos) Leppe. Era autogestionado por un grupo. (...) Eran voluntades encadenadas, porque creo que era la Nelly que tenía mucho prestigio sobre Roser, y la Roser tenía mucho convencimiento sobre su esposo que era el que ponía el billete y que era un catalán moderno. Entonces él cachaba que la cosa estaba bien por ahí. Que había pensamiento, que había gente seria. Era una cadena entre la Roser, la Nelly, Leppe, que era un gallo capaz de vender cualquier pomada a quien quisiera, porque era muy simpático, efusivo, divertido, talentoso. Entonces se conseguía cualquier cosa. Y esto tenía su pequeña gestión, su pequeño gasto.
Además de esto, porque estas cositas que se publicaban, esta tarjetita, esta cosita que era una especie de catálogo escrito a máquina, con fotocopia, con ese cartoncito arriba con corchete, que era todo muy lindo, muy bien diseñado, eran como publicaciones de guerra.
Todo esto era conseguido, como esa tarjeta invitación que está impresa en offset, cosa increíble, está conseguida en algún convenio con publicistas, esa era la otra conexión, con Francisco Zegers y Mario Fonseca.
A Mario Fonseca le mandaban a hacer la memoria del Banco de Chile, ochenta tomos de este porte, el gallo elegía la imprenta que le iba a hacer ese trabajo y le pedía imprimir un cataloguito para Eugenio Dittborn por ejemplo. Y Zegers también hacía muchas de las memorias, entonces también imprimió varios catálogos de la época. Me acuerdo el efecto que produjo la publicación, yo estaba en Italia, pero me enteré de todo y de hecho me llegaron las dos publicaciones a Florencia. Salieron dos libros el año 81, Del Espacio de Acá de Ronald Kay sobre Eugenio Dittborn y Sala de Espera escrito por la Nelly sobre Leppe. Nadie podía creer de dónde habían sacado esa plata para hacer ese lujo, un lujo asiático".
"Waldemar Sommers reseña la exposición en el diario El Mercurio, catalogando a Díaz de neoexpresionista. "Yo creo que tenían todos el prejuicio pegado de que yo no podía sino ser algo de transvanguardia italiana, que como venía de Florencia, no podía ser de otra manera (...) No sé de dónde sacó esto de neoexpresionista porque me podría haber dicho eso por la Klenzo en todo caso, pero esta huevada no había por donde encontrarle el neoexpresionismo. Esto (Qué hacer?) ya es el paso, yo ya pasé por la Klenzo que era como la versión más gráfica y más desacralizada de la gestión pictórica y la siguiente obra vez fue esto, ya enteramente objetualizado".
Gonzalo Díaz, entrevista 24 de noviembre de 2024.