Biografía de la obra
Los textos que Gonzalo Díaz decide plottear al muro contienen una mayor cantidad de texto que los presentados en el MAM de Chiloé, unos años antes. "Este texto proviene de un escolástico que yo leí hace mucho tiempo..., el mismo Santo Tomás de Aquino tiene un libro que se llama "El número de ángeles". Pero de todas maneras, lo que me rayaba a mí era que este asunto del número de ángeles que existían. Era una discusión teológica que se producía en la Edad Media. Los tipos discutían cosas así como cuántos ángeles cabían en la cabeza de un alfiler, que son absolutamente espectaculares las reflexiones y las discusiones que hacen. Entonces yo por eso es que puse ese número extraordinario que está sacado de la Serie Fibonacci. Esos números (impronunciables) son números precisos de la Serie Fibonacci. Esa forma de decir una cifra extraordinaria, más 49, por ejemplo, todo ese raye, tiene que ver con este tipo de imaginación, que yo lo vinculaba con este otro nivel de texto de fábula amoral, como una cuestión totalmente opuesta en cuanto a su incidencia. Es un cuento privado, o mínimo, frente a la otra narrativa de los ángeles, que es una cuestión extraordinaria, y que además, pretende definir a los ángeles "como esos seres que pululan, insomnes, sin cesar". Esa es la naturaleza de los ángeles. Los otros, los Arcángeles, "rugen, inagotables, sin término", etc."
Por otro lado, son textos parecidos a los del Kilómetro 104, tienen un tono de delirio similar. Díaz recuerda que por esta obra, la Bienal le pagó un seguro de varios miles de dólares, ya que el proyecto que él había mandado, "solicitaba que estos textos que fueron hechos en un autoadhesivo gris metálico, que aparecían y desaparecían de acuerdo a la ubicación del espectador. En algunos puntos el texto brillaba y se podía leer, en otros puntos no brillaba y no se veía nada. Estos textos requerían de ser ubicados muy alto, por lo que se requería de una sala que tuviera al menos 4 metros de altura, cuestión que no sucedió". Y como eso estaba solicitado y no se cumplió por parte de la organización, la curadora, Mari Carmen Ramírez, hizo valer el seguro. "La idea de esta sala gris, era una especie de mito de la caverna de Platón, donde uno ve sombras (...). Hay un parecido con la obra Quadrivium en ese sentido. Como en estos dos niveles, un nivel terrenal y otro cósmico. (...) La repisa también está en Padre de la Patria en la Habana, el foco en diagonal que produce ese cono de luz y que va estructurando el espacio. (...) Los tres tercetos que componen la fábula, es la descripción de los animalitos puestos en mi escritorio. Estaban puestos de esa manera y me propuse definir esa escena de esos monitos de plomo puestos de esa manera: el zorro, después la oveja, después el pato y al final el gallo. En ese orden, porque en ese orden estaban en la vitrina donde yo los compré, aunque estos monitos de San Pablo son más grandes que esos que yo compré. Y estos monitos a partir de los que yo compré y que expuse en Chiloé, la Patricia Vargas modeló en greda estos mismo monitos a la medida que yo le pedí que eran 5 o 7 cm más grandes y luego alguien los fundió en plomo a partir de ese modelito que me hizo la Patricia Vargas."
Gonzalo Díaz, entrevista 04 de enero de 2024