• EL AR TE (de la Serie Tratado del Entendimiento Humano)
    GD-O-0134_01_EL AR TE (de la Serie Tratado del Entendimiento Humano)
EL AR TE (de la Serie Tratado del Entendimiento Humano)
EL AR TE (de la Serie Tratado del Entendimiento Humano)
EL AR TE (de la Serie Tratado del Entendimiento Humano)
EL AR TE (de la Serie Tratado del Entendimiento Humano)
GD-O-0134

EL AR TE (de la Serie Tratado del Entendimiento Humano)

GD-O-0134

Año de producción
1995
Tipo de obra
Técnica / Material
Retroserigrafía, serifragia , pintura al oleto, fotografia aerogtamtrica, marco de moldura lacada
Dimensiones
120 x 244 cm
Propiedad

Descripción visual
Obra formada por tres paneles enmarcados con moldura negra. Cada uno presenta a la izquierda una cinta métrica en blanco un negro y dispuesta en sentido vertical, e inmediatamente se observa fotografía aerogramétrica. A contiunuación de esta, se presenta una tela estirada en bastidor, cuadro que tiene una sección vertical pintada al óleo y otra más angosta fotoserigrafiada. Cada panel presenta dos letras rojas y mayúsculas ubicadas en la misma posición, que en conjunto forman la frase: EL AR TE. Sobre estas letras se despliegan tres cajas de texto, escrito en altas y bajas en letras negras.
Textos en la obra
EL
El AMOR, EL MUNDO ES MI REPRESENTACIÓN
El horizonte es racional cuando no lo vemos, por ejemplo en un paisaje interceptado por cerros o casas o dentro de una habitación. La precisión del golpe de vista debe ser considerada como la base fundamental del dibujo en general y sobre todo del dibujo artístico a mano alzada. Para llegar a ser artista, debe desterrarse completamente el sistema de copiar de muestras de dibujo, de grabados de periódicos ilustrados y en general todo estudio que no sea directamente del natural. Este es el único modo de formarse conciencia de lo que hace.
AR
AMOR, EL MUNDO ES MI REPRESENTACIÓN
Hai una cantidad muy grande de maneras de bocetar, pero creo que debe hacerse con los colores aproximados del natural, a fin de formarse idea del conjunto, es decir, de efecto, desde un principio. Los mejores pintores de hoy día lo hacen así.
La perspectiva aérea consiste en la gradación de las tintas y en la modificación de la luz y de la sombra producida por la masa de aire que se encuentra entre el espectador y el objeto que observa, según el alejamiento mayor o menor y según el estado de la atmósfera o de los accidentes del día, que pueden ser infinitos.
Si se hace pasar un rayo de luz blanca a través de un prisma de cristal, dicho rayo se descompone en realidad en seis colores. Violeta, azul, verde, amarillo, naranja y rojo. El sétimo que Newton llama índigo, no es sino una variedad del azul.
TE
AMOR, EL MUNDO ES MI REPRESENTACIÓN
Lo pinceles planos de pelo de marta, como tienen el pelo más fino, convienen más para las pequeñas superficies que se quieren mui lisas. De estos pinceles conviene tener de pelo largo y corto; los largos para filetear o hacer contornos y los cortos, que tienen más firmeza, para trabajar el modelado o llenar un esbozo ya seco.
El que trabaja debe hacerlo con comodidad; la silla no debe estar demasiado lejos de la tela a fin de evitar al cuerpo la fatiga de inclinarse demasiado, lo que, llevando el peso de la cabeza y de las espaldas sobre las manos, impide la delicadeza del toque y entorpece la libertad de los dedos.
Para paisajes pequeños, debe usarse tela con poco grano, es decir, bastante lisa, o bien cartones o tablas preparadas,  que se venden en los almacenes o que cada uno puede prepararse en su taller.
Contexto Histórico
Esta obra fue presentada en la exposición colectiva Gabinete de Lectura, presentada en el Museo Nacional de Bellas Artes el año 2005, curada por Alberto Madrid.
Biografía de la obra
Esta obra forma parte de una serie denominada "Tratado del Entendimiento Humano".
Las nueve citas utilizadas por Gonzalo Díaz en esta obra son parte de la publicación titulada La Pintura. Manual del Aficionado o sea breves lecciones y consejos sobre dibujo y pintura al óleo. Paisaje, de Florencio Lemm Thayer. Publicado de 1903 en Valparaíso.
Esta obra fue encargada por José Balmes para una exposición que se iba a realizar en Cáceres, España, la cual nunca se realizó. Quedó guardada y no se exhibió hasta diez años después. La obra quedó con el nombre de "Tríptico de Cáceres" en el ámbito doméstico del artista.
 
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