Biografía de la obra
"Me echaron el cuarto trasero del caballo, recién cortado, en la maleta del auto, que menos mal, yo había llenado de plástico. Compré un plástico que se llamaba "infinito de grueso", enorme, negro. La pata pesaba como caballo, el auto iba así (inclinado hacia atrás), y la bajó el tipo de la taxidermia, por ahí por La Florida. En su casa".
Gonzalo Díaz, entrevista 1 de mayo de 2024.
Gonzalo conserva la boleta o recibo de dinero del taxidermista, donde aparece que el trabajo realizado tuvo un valor de $230.000. Ricardo Vergara, quien presta el servicio es funcionario del Museo Nacional de Historia Natural. Gonzalo recuerda que fue este mismo personaje quien le "taxidermió" los pájaros de El Padre de la Patria.
"Compré ene tazas en Av. La Paz y las agarré a charchazos, pero faltó. Tuve que hacer un relleno por debajo, que no se ve, para que pareciera más grande el montículo. Y este es un relato de un soldado de Stalingrado que estuvo asediada por los nazi, creo que durante 6 meses. Fue un horror. Él describía esa escena, que todos los platos de su casa se habían quebrado y que había quedado el caballo muerto, que tenían en la casa, enterrado bajo los platos quebrados. (...) Según las malas lenguas, la Adriana Valdés, que había ido a comprar libros, se había puesto a llorar. O sea, hice llorar a la Adriana Valdés con esa obra. Willy Thayer usó una foto de esta obra para un libro de él".
Gonzalo Díaz, entrevista 1 de mayo de 2024.
Gonzalo todavía conserva las partes de esta obra: el cartel, las tazas y la pata del caballo.