Escultura ubicada a la intemperie, formada por una viga de acero que en su extensión presenta un total de 14 palabras escritas con letras mayúsculas realizadas en acero inoxidable recortado. Se presentan siete por una de las caras de la viga y otras siete por la otra cara de la viga. Las letras brillan con la luz del sol y contrastan con la superficie ocre del acero. La viga está sostenida sobre catorce pies anclados en el terreno.
Esta obra fue comisionada al artista por el Ministerio de Obras Públicas, por medio de la Comisión Nemesio Antúnez, para emplazarse en el aeropuerto Desierto de Atacama, Región de Atacama.
Biografía de la obra
"Esta obra es lo más raro que he hecho en mi vida. Esta es una obra rarísima por su origen. Fue un concurso, no concurso, Myriam Pilowsky del Minisiterio de Obras Públicas (comisión Nemesio Antúnez), asignaron dos proyectos, estos proyectos eran multimillonarios, uno a Eugenio Dittborn y otro a mí, por el hecho de ser premios nacionales.
Lo que yo quería hacer era este volumen mínimal, muy largo, que originalmente iba a estar con una inclinación, como si la parte de la derecha estuviera mucho más arriba que la izquierda, cosa que me recomendaron que no porque parece que el avión se iba a pique y por otro lado era insoportable porque el avión era como que venía saliendo del aeropuerto. Entonces decidí ponerla así y las figuras retóricas están hechas en un metal espejo, que es un metal 'espejeado'. Y esto iba a tener un dispositivo de luces a su alrededor de manera que de lejos, de noche, se iba a ver este volumen negro por su silueta e iban a brillar las palabras. El asunto es que todo eso no quedó registrado en ninguna parte. Es el mismo asunto de la obra de San Diego en California. El viacrucis ese, con figuras retóricas, en cuanto que, las figuras retóricas, es la estructura de lenguaje por medio de las cuales figuras el sentido de las palabras se traslada a otro. Y teniendo en cuenta que la metáfora es la reina de las figuras retóricas y es una figura de traslado, al punto que eso es lo que dignifica metáfora, traslado, y los romanos, los latinos llamaban a esa figura traslatio, que es el nombre de esta obra. Entonces me pareció que un lugar que es el centro del traslado de cuerpos, que es un aeropuerto, era lo más adecuado para ese edificio. Cuestión que todo esto que estoy hablando pasó de largo y yo creo que hoy día nadie cacha por qué está puesto ese mamotreto ahí. Además que en el protocolo de entrega de la obra, había un protocolo de mantenimiento, que por supuesto no lo han cumplido, y las letras están completamente desbastadas por las inclemencias del clima del desierto. Es terrible el desierto.
Una buena parte del proyecto se gastó en adecuar toda la construcción a proteger toda la construcción de ese eventual deterioro. Me acuerdo que tuve que comprar unas pinturas que nunca supe que habían existido, atómicas, que vendían en unas industrias por aquí por Vespucio, camino al norte. Unas pinturas ultras especiales, ultra venenosas con que pintan los barcos parece. Tuve que comprar toneladas y contratar a unos maestros especiales que fueran a pintar todas las partes porque ya estaba hecho. Después de un año de la entrega.
(...) Se suponía que esto iba a tener un entorno que estaba también diseñado y que no cumplieron jamás con la cuestión, porque la empresa de jardines era otra empresa contratada a parte de esto, que no tenían idea que estaba este otro proyecto inserto en el mismo lugar donde ellos tenían que jardinear. Entonces no lo tomaron en cuenta y no hicieron lo que estaba diseñado para esta obra. El entorno hacía que esta columna se viera como en el aire, con estas luces y todo...".
Gonzalo Díaz, entrevista 1 de mayo de 2024.
Para hacer la obra, Gonzalo tuvo que contratar a un arquitecto, que era alumno del magíster y una empresa constructora del norte para que construyera esta viga.