• GD-O-0225_1_El 5 de octubre de 1957
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GD-O-0225

El 5 de octubre de 1957

GD-O-0225
Lenguaje artístico, objetualidad

Año de producción
2018
Tipo de obra
Técnica / Material
Proyección sobre muro, audio, silla, instrumento kinesiológico en cuero y metal, tubos fluorescentes.
Dimensiones
7,86 m diámetro rotonda
Propiedad

Descripción visual
Gran proyección sobre muros oscuros, silla con tubos fluorescentes dispuestos verticalmente bajo el asiento. Sobre la silla cuelga un aparato kinesiológico para estirar la columna hecho en fierro y cuero. 
Texto Artista
La obra se materializa en la conjunción de “la vida y obra” de Hubert Fichte (de quien no sabía absolutamente nada hasta la invitación a esta muestra) y la fijación de una escena subjetivamente memorable que este mismo personaje aun desenfocado en mi experiencia (“bastardo de primera, hijo ilegítimo y además pederasta”) y algunos pocos fragmentos de su escritura me produjeron (escribe Hubert Fichte en Ensayos de pubertad que su madre interrumpe en 1922 sus labores de lavado y secado de ropa para asistir a cursos en el Goetheanum de Dornach. Pienso en una relación endeble: 60 años después yo mismo visito por primera vez el mismo Goetheanum en la misma Dornach). Es la escena de un niño de 10 años que espera sentado en una camilla, a una hora muy temprana del día 5 de octubre de 1957, en un subterráneo del Instituto Traumatológico de Santiago, que le ajusten la órtesis que debía usar en su pierna derecha. Era un paciente habitual de ese establecimiento público. Frente a la camilla y contra el muro, el niño podía observar siempre una extraña máquina que mucho después supo –despejando lo ominoso de su apariencia– que servía para ejercicios kinesiológicos de tracción cervical. Desde los talleres de atrás del establecimiento y entre ruidos de máquinas se escuchaba una radio que informaba del lanzamiento del primer satélite artificial, por parte de la Unión Soviética. Su nombre mágico: Sputnik. No tengo cómo averiguar la razón de esa juntura, ni la clave que la rige, y tal como sucede con la conciencia limítrofe de duermevela, en la que se trastoca la lógica del mediodía por aquella más oscura que gobierna los sueños y que intercambia sin mayor resistencia la causa por el efecto y el antes por el después, preferiré, en este caso, esperar a que esa razón se manifiesta en la superficie de la obra descrita más arriba y cuyo entramado objetual proviene de los (vapores) (que producen los recuerdos // producidos por el ejercicio de recordar // ) proviene de los meandros fantasmales de los recuerdos.
Gonzalo Díaz, texto de sala
Contexto Histórico
Suprasensibilidades fue una exposición curada por Mario Navarro y organizada por el Goethe Institut y el Museo Nacional de Bellas Artes. La muestra revisó la mirada del escritor alemán Hubert Fichte, sobre el “experimento” socialista de la Unidad Popular en 1971. 
Biografía de la obra
"La obra a mí me gusta mucho y la ocasión es muy extraña. Fue una invitación de Mario Navarro, el artista, en el contexto de una investigación que estaban haciendo alemanes que vinieron a Chile en ese momento sobre Huber Fichte. Escritor muy zafado que vino a Chile durante la Unidad Popular y que logró entrevistar incluso a Allende. Tiene una famosa entrevista a Allende. Fue el primero en decir que la Unidad Popular, como todos los regímenes en ese momento, esto debe haber sido el año 1971, eran homofóbicos. Que todos los dirigentes de izquierda eran homofóbicos. Hablaba del régimen Cubano, eran tipos muy de izquierda. Era un antropólogo. Estaba muy en contra de Levi-Strauss que no se involucraba con los indios que estudiaba, en cambio él sí lo hacía. Para mí fue muy difícil anclarme con algo, porque yo no tenía nada que me relacionara con este señor, salvo por una novela que había sido publicada en castellano. Y otro dato curioso fue Ronald Kay, que se fue a Alemania persiguiendo a Pina Bausch, y trabajó allá siendo el editor de Huber Fichte durante muchos años. Lo mantuvo en secreto, no se sabe por qué. Yo me conseguí las obras completas de H. Fichte editadas en alemán, por Kay y que todos los alemanes consideraban que era la peor edición del mundo. Todas esas son las pocas relaciones que yo tenía con este personaje, sin embargo yo tenía que hacer una obra que tuviera que ver con él de algún modo. Mi manera fue muy oblicua de relacionarse con la obra de este señor. Está basada en ese recuerdo que tiene que ver más bien con la época de Huber Fichte y eso del aviso que está puesto ahí, hay un aparato de audio en la sala que se escucha muy suave la noticia alemana del Sputnik. Yo conseguí que me mandaran ese audio. En una de las rotondas, sur poniente, de la planta baja del MNBA, conseguí toda la rotonda para esta obra. Está puesto ese objeto que reproduce esta máquina kinesiológica para estirar la columna, máquina que yo tuve que reconstruir porque ya no se usa. Dimos con la Camila (ayudante) con el tipo que hacía estos objetos y justo le habían robado todo. Con un catálogo de estos aparatos con los que el Servicio de Salud Pública compraba estos aparatos, que conseguimos en el Museo de Medicina de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, logramos reproducir esta máquina, bastante realistamente diría yo. Me tocó otra coincidencia auspiciosa, estaban dando The Crown, la serie, y justo aparece la noticia del Sputnik que es vista por la reina Isabel en el Buckingham Palace. Ellos reconstruyeron esa película digitalmente para la serie y yo me robé esos 17 segundos. Yo ya sabía cuánto se podía usar para que el uso funcione como cita. Jaime San Martín extrajo el fragmento.
Está máquina, de tracción cervical,yo la veía en el hospital cuando chico y pensaba que ahí torturaban a las personas. Las piezas de cuero están hechas por un talabartero de Melipilla que hacía monturas de caballo. Adolfo Martínez, escultor, me hizo un molde en bronce porque el talabartero tenía que tener una contraforma dura para poder martillar el cuero. Es una joya esa pieza de cuero. Es la pieza que le afirma la pera (mentón) al paciente. Uno se sentaba en la silla y le ponían esta cuestión con pesos para sacar las lesiones de la columna. Era para estirar la columna cervical. Todas las partes de la obra fueron hechas por escultores de la escuela. Y fue mi pera la que se usó para hacer el molde en yeso. (...) arriba de la silla había una roldana que subía y bajaba con un cordel y sostenía ese gancho de acero inoxidable con esos ajustes de ancho donde se ponía la pieza de cuero. Entonces uno se sentaba en la silla y te ponían esta cuestión con pesos. Dependía del tamaño de uno y del peso de uno, lo que esta máquina le tiraba el cuello, un poquito ahorcándolo, así, para sacar las lesiones de la columna. Le ponían esas cosas redondas de las romanas y le ponían 800 gr., o 1 kilo, lo que el médico calculaba que era necesario, y uno se sentaba, a mí me hicieron ese tratamiento en la posta, y era exquisito, era como volarse. Uno se quedaba dormido. Era muy rico porque a uno le estiraban la columna.
La obra es una sensación general de época, de una persona con una personalidad muy de post guerra alemana. Me remitía a este recuerdo traumatológico. No podría yo dar cuenta lo que guía esa relación, pero como yo escribí también en otros textos, tampoco tiendo a negarme a hacer esa relación por el hecho de yo no entenderla. Sencillamente le hago caso. Porque ya he podido comprobar que esas relaciones que hace el inconsciente son mucho mejores que las que uno puede hacer en sus cabales. El Inconsciente es mucho más inteligente de lo que uno puede llegar a hacer.
Al lado de mi obra estaba la de Claudia Del Fierro y ella investigó mucho sobre Fichte, hizo toda una investigación, fue a los lugares donde estuvo Fichte. Hizo una obra así como sociológica. Yo encuentro un poquito latero esa forma de enfrentar el asunto. Bien, esta obra era todo lo contrario, en cierto sentido irresponsable del encargo".
Gonzalo Díaz, entrevista 28 de junio de 2024.
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