• Los Hijos de la Dicha o Introducción al Paisaje Chileno
    GD-O-0027_Los Hijos de la Dicha
Los Hijos de la Dicha o Introducción al Paisaje Chileno
Los Hijos de la Dicha o Introducción al Paisaje Chileno
Los Hijos de la Dicha o Introducción al Paisaje Chileno
Los Hijos de la Dicha o Introducción al Paisaje Chileno
GD-O-0027

Los Hijos de la Dicha o Introducción al Paisaje Chileno

GD-O-0027
Lenguaje artístico, Pintura y sus desplazamientos

Año de producción
1979
Tipo de obra
Técnica / Material
Óleo sobre tela
Dimensiones
3 paneles de 200 x 185 cm cada uno (total 200 x 545 cm)

Descripción visual
Panel A: Cortina de Humo (Ella) para filosofar con el martillo
Obra rectangular, orientación vertical. Composición en base a figura femenina sentada en una silla giratoria, con las piernas recogidas, vista de perfil derecho. La retratada tiene el pelo claro, lleva una malla amarilla y sostiene un cigarrillo con su mano derecha. Fondo en tono amarillo, verde y rosado. Predominio de tonos claros.
Marco delgado de aluminio.
Panel B: Muletillas para la danza (Ellos)
Obra rectangular, orientación vertical. Composición en base a figura femenina desnuda sostenida por dos figuras masculinas esbozadas. Bajo la figura femenina principal se distingue otra mujer en el suelo. Acompañan al grupo dos caballos, uno negro y otros gris. Fondo en tono amarillo.
Marco delgado de aluminio.
Panel C: Aspectos ocultos (El) de la ronda nocturna”
Obra rectangular, orientación vertical. Composición en base a figura de un ciclista accidentado en una autopista. Predominio de tonos azul verdoso y negro.
Marco delgado de aluminio.
Cada panel/ los tres paneles se montan con un vidrio.
Referencia Surdoc 2024.
Texto Artista
6º CONCURSO COLOCADORA NACIONAL DE VALORES INFORMATIVO
MUSEO NACIONAL DE BELLAS ARTES /OCTUBRE–NOVIEMBRE / 1980 / SANTIAGO–CHILE
TRIPTICO DE LOS HIJOS DE LA DICHA O INTRODUCCION AL PAISAJE CHILENO
Del Nombre:
Con este título se nomina la representación global de la obra, juntando en esos conceptos–imágenes, las tres figuraciones, que consideradas literalmente, son en cierto modo demasiado autónomas. (Cada panel del tríptico tiene además un título propio: A: “Cortina de Humo (Ella) para filosofar con el martillo”; B: “Muletillas para la danza (Ellos)”; C: “Aspectos ocultos (El) de la Ronda Nocturna”.)
Como imagen mental, Los Hijos de la Dicha, denota por un lado algo mítico, original, grandioso, de por sí elocuente, pero por otro lado nos evoca algo semejante a la estupidez humorística. Los seres que se nombran con esta imagen  —Los Hijos de la Dicha—  son seres representativos, típicos, cualquiera sea la situación en que se encuentren; ya sea lo inesperado de la dejadez ambigua con que la figura sentada en una silla de balneario muestra su vacuidad (panel de la izquierda) o la situación yuxtapuesta y al mismo tiempo contraria de aquella otra figura del extremo opuesto, figura decapitada (promiscuidad), descarnada, ensangrentada y atrapada en un espacio momentáneo, irrespirable y caótico, por completo contrario al desenvolvimiento de la vida (panel de la derecha). A un lado (izquierda) la estupidez rosada con verde de la desidia; al otro extremo (derecha), el resultado mortal  —azul verdoso—  y sanguinario  —negro—  de la manipulación indebida de las fuerzas vitales. Al medio (centro) la referencia a la historia del arte, que materializa en la imagen nuestra incapacidad de reverenciar lo sublime, imagen a la cual concurren peros elementos de crisis (la facturación), de desmitificación (las interferencias culturales a la “maravillosa concepción del espacio del baroco”), al mismo tiempo que esta referencia relega a la categoría de telón de fondo y escenario de circo, el espacio y el tiempo de una gesta heroica (Rubens, El rapto de las hijas de Leucipo, Pinacoteca de Munich). La cita a Rubens (panel central), sacada con pinzas de la historia del arte que transcurre en un libro de reproducciones, como “el más inteligente de los pintores del barroco y probablemente de todos los tiempos”. Por otro lado, esta referencia a la historia del arte es también ambigüa: junto a lo anterior, su funcionalidad en el tríptico es amarrar como media–tinta la luz estridente de la desidia (panel de la izquierda) con las sombras del accidente del mecanicismo contemporáneo (panel de la derecha).
Aparte de esto, es importante indicar que en esta obra, la factura (crisis) interfiere directamente el tema, modificándolo hasta sublimarlo de sus connotaciones puramente literarias: una mujer sentada en una silla de balneario o un hombre accidentado en la autopista. Refiriéndose siempre al tema, esta manera de facturar en la crisis, resalta la irreverencia hacia la forma (es decir, la manera de rellenar la forma con pintura como si fuera un odioso saco de papas). Sin embargo, el procedimiento con que estas figuras están pintadas no es siempre pintoresca (“malerisch”), ya que continuamente ese desborde fue controlado en los límites. Con esto, la tela se organiza en toda la extensión de su formato de manera estructural, aunque los golpes del color velen en sectores esa armazón más o menos oculta (emoción y plan emocional).
Lo del Paisaje Chileno es un mal intencionado eufemismo para nominar de manera más indirecta las connotaciones políticas del tema. No importando la obviedad del asunto, ya que se trata de meras alegorías, la imagen atrapa el actual estado de lo que podemos llamar la verdadera nacionalidad.
El asomo ambiguo de un velado erotismo no es asunto puramente subjetivo. Puede inmiscuirse también en la manera de ser de una nación. La preferencia por el término Paisaje Chileno en vez de Verdadera Nacionalidad se debe más que nada al mayor alcance del primero.
Del Color:
El color, a través de lo cual propiamente una pintura se decide, tiene en esta obra una función además adyacente. Sea por la intensificación, en cierto modo artificial, o por la matización y modulación, realizada para no ser vista, el color fue usado sin excepción, fuera de la sensibilidad, fuera del juicio, de un modo que puede ser llamado Color de Crisis. Este Color de Crisis (como elemento no cultural) posibilita en el espectador un primer desequilibrio anímico, que lo obliga a meramente padecer la obra. La digestión de un color o de una combinación cromática en la estridencia, será necesariamente más lenta, retardataria, lo que al final hace más nítida su experiencia (manipulación de la intimidad ajena). Este Color de Crisis no es primeramente estímulo para la emoción sino para la conciencia; esta traslación de los efectos cromáticos a un lugar que no le es propio, se hace posible por la estridencia intencionada.
Existe también cierta estructura cromática en el tríptico. Cada panel se parcializa en uno de los tres colores primarios (rojo, azul y amarillo), lo que obviamente se muestra, aunque en otro orden, en las zonas superiores de cada formato. Esto último constituye, idealmente, una especie de título cromático para cada panel.
Del Formato:
Implica los conceptos de soporte, proporción y dimensión. Con relación al primero, es básico que para posibilitar la generación de una imagen de proposición, se tenga conciencia que la elección de un plano bidimensional (tela de lino preparada) como soporte, forma parte de lo que se llama economía de medios, ya que ese plano bidimensional es la primera (fundamental) y más limpia concreción de leyes naturales, no culturales, como son la plomada y el nivel, y en esa concreción objetiva, lo más económico es lo rectangular, por que en ello coinciden forma y estructura. En cuanto a la dimensión (la proporción es meramente subjetiva), el gran tamaño importa por variadas razones; la más relevante en este caso es que a partir de una dimensión así (200 x 182 cm. cada panel), se hace posible el ajuste entre las formas y el gesto (impulsión – vísceras – subjetivismo objetivo).
Del Vidrio:
Su función no es por de pronto técnica, sino la de ser una veladura física y al mismo tiempo inocua (incolora, inodora e insípida), para la imagen. El efecto es retardar la percepción de lo pintoresco de la factura, pasando en limpio y dejando como buena reproducción lo pintado.
El Entusiasta
El texto informativo estaba impreso y se entregaba en la exposición, tenia un timbre de goma con la palabra Informativo en rojo.
Ver gd-d-00009
Contexto Histórico
Sexto Concurso de la Colocadora Nacional de Valores (1980). En esta ocasión, el Premio del Salón fue para Gonzalo Díaz por su obra “Los hijos de la dicha o Introducción al paisaje chileno”. 
También destacamos el Premio de Gráfica, obtenido por Gonzalo Mezza con su video instalación “Cruz del Sur” y el Premio de Pintura, otorgado a Carlos Ortúzar por “Espacio I, II y III”. Vania Montgomery. 2020. CEdA. Documento Nº3 Concursos de Arte en los 70 y 80: los inicios del boom.

Con el dinero obtenido en este Concurso –7 mil dólares de la época– además de otras subvenciones privadas, Díaz se radicó en la ciudad de Florencia. 
Biografía de la obra
"Esta obra es presentada al concurso justo antes de irme a Italia. Es muy grande y enmarcada con vidrio es difícil de transportar. Después del concurso se quedó en el museo y luego paso a ser parte de esa colección. 
Este tríptico se inscribía en el trabajo de pintura que hacia por esos años y que conformaba una gran serie llamada "Los Hijos de la Dicha"

Durante la muestra se repartieron 1000 ejemplares de un texto que fue impreso en una hoja doble carta con tinta azul a dos columnas. Tenía arriba la palabra INFORMATIVO impresa a mano con timbre de goma y tinta roja, en diagonal.

Estaba firmado por “El Entusiasta”, una forma levemente nietzscheana creo, motivado por la inexistencia en esa época o la falta de costumbre, de escribir sobre pintura y el hecho de acompañar una obra pictórica con un texto (aunque sea bastante ingenuo, tal como lo aprecio ahora) requería de una fé sin límites.

En verdad creo que el texto es muy malo, pero sirve de algo para la investigación general" Gonzalo Díaz, entrevista 7 de marzo de 2024.